Una escena que se repite constantemente en la actualidad es acudir a una comida con amigos y que haya un momento en el que estén todos con la mirada puesta en el teléfono.
Desbloquear el terminal y mirar la pantalla es algo automático y, lo peor, podemos estar un largo rato sin emitir ni una sola palabra.
El móvil roba toda nuestra atención y nos está pasando factura: llegan las tecnopatías y los médicos las incorporan en sus diagnósticos ¡aquí te contamos las más frecuentes!
- Apnea del Whatsapp
Los psicólogos la definen como la ansiedad que genera en nuestro cerebro la consulta compulsiva de mensajes instantáneos.
Entre los usuarios de esta aplicación se genera un alto nivel de dependencia a la recepción y envío de mensajes. No tenerlos genera un estado de ansiedad.
Para los pacientes de esta tecnopatía estar un rato, una mañana o un día sin WhatsApp genera un estado de inestabilidad o inseguridad emocional.
- Síndrome de Google
Abusar de la memoria externa que nos da nuestro teléfono provocó que retengamos cada vez menos información.
La población ha comenzado a utilizar Internet como su banco personal de datos. ¿La parte positiva? Cada vez somos más hábiles para encontrarlos.
- Síndrome de la llamada imaginaria
“Juraría que ha sonado mi móvil”, pero te acercas, lo miras, y no, no hay ninguna llamada perdida. ¿Te ha pasado alguna vez? Es el denominado síndrome de la llamada imaginaria.
Aunque lo veas un poco excesivo, el 70% de los usuarios de dispositivos móviles ha tenido esta sensación.
El cerebro se acostumbra a estar atento a tu “smartphone” por lo que cualquier impulso de nuestro cuerpo lo asocia a un aviso del dispositivo.
- Cuello de iPhone
Lo reconocerás por la pérdida de la elasticidad y firmeza de la piel que lo rodea, con la consecuente aparición de doble mentón, papada y arrugas.
Esta problemática parece estar asociada a la frecuencia, cada vez mayor, de doblar el cuello hacia adelante para mirar la pantalla del smartphone, el portátil o la tablet.
- Whatsappitis
La primera diagnosticada fue una mujer de 34 años que dedicó 6 horas de su día (seguidas y sin parar) al WhatsApp.
El médico lo tuvo claro y así lo firmó en su informe: padece «whatsappitis», tendinitis en el dedo pulgar por un exceso de uso.
Este trastorno afecta sobre todo a los pulgares y sus síntomas son dolor, hinchazón y entumecimiento, que aumentan con el movimiento de los mismos.
- Tecnoestrés
La necesidad de estar conectado todo el tiempo puede derivar en un grave trastorno. El “smartphone” hace que tengas todo en tu mano por lo que es imposible desconectar.
Esta saturación puede conducir a una sensación de ansiedad, estrés y nerviosismo que puede pasarnos factura.
- Nomofobia
¿Y si nos mandan un WhatsApp importante?, ¿no tener acceso a mi Instagram mientras disfrutamos de una tarde de bares con los amigos?…
La adicción del siglo XXI se llama nomofobia y no es otra cosa que el miedo irracional a salir de casa sin el teléfono móvil.
La nomofobia es un trastorno que sufre, sin saberlo, el 77% de la población. Ansiedad, depresión, inseguridad, taquicardia o dolores de cabeza son algunos de sus síntomas.
Ahora tú dinos ¿te sientes identificado con alguna o varias de estas tecnopatías?
What do you think?