Si eres de las personas a las que les gusta beber alcohol, probablemente te hayas dado cuenta de que al hacerlo las ganas de comer van disminuyendo.
Esta situación fue estudiada por diversos especialistas para verificar si en realidad ‘se nos va el hambre’ o si es solamente nuestra imaginación… ¡Aquí te contamos!
El alcohol tiene muchas calorías, por ejemplo, un vaso de vino posee 83 calorías, lo que significa que apenas 3 vasos pueden representar más del 10% del consumo de energía recomendado por un individuo al día.
Su alto contenido en calorías implica que si lo tomamos a menudo, es muy fácil que nos pasemos de las calorías que nuestro cuerpo necesita sin casi darnos cuenta.
Las investigaciones sobre este tema fueron contradictorias; pues unas afirman que resta las ganas de comer y otras que las incrementa.
Numerosos estudios analizaron la relación existente entre nuestro apetito y la ingesta de alcohol a través de diversos experimentos con ratas, pues son los animales que más se parecen en la respuesta de su organismo al hombre.
Los especialistas observaron que cuando las ratas consumían una cantidad moderada de alcohol, ingerían menos alimentos, manteniendo su ingesta calórica al mismo nivel que si no hubieran consumido alcohol.
De igual manera fue descubierto que la ingesta de alcohol por parte de las ratas no influía en su peso corporal.
Del mismo modo, al ser inyectadas con alcohol para imitar el consumo excesivo o borrachera, las ratas consumieron menos calorías en general y comenzaron a perder peso.
Incluso si el equivalente al 50% de su ingesta diaria de calorías se inyectaba en forma de alcohol, consumían menos calorías a lo largo del día.
Lógicamente, aunque la intoxicación alcohólica parece reducir la ingesta de calorías… ¡no es un buen modelo de pérdida de peso para los seres humanos!
Todavía se necesitan más investigaciones para separar las complejas interacciones entre la perdida del apetito y el consumo de alcohol entre los humanos.
¿Te imaginabas que hubiera tantas investigaciones relacionadas con el consumo de alcohol y las ganas de comer?
¿Conoces algún otro estudio sobre este tema? ¡No dudes en compartirlo con nosotros en los comentarios!
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