Para muchas personas, broncearse siempre estuvo de moda, pero hoy en día, la deteriorada capa de ozono ya no es capaz de filtrar la radiación ultravioleta del sol.
Por eso, cuando se trata de broncearse, los rayos UV afectan nuestra piel de diferentes maneras.
Los efectos secundarios más comunes de la exposición al sol son las quemaduras, las pecas, las arrugas, las manchas y los puntos negros.
El desafío ahora es conseguir un bronceado sin quemar la piel en el intento. Por eso te daremos algunos buenos consejos para que puedas broncearte la piel sin dañarla.
El buen procedimiento para broncearse y protegerse del sol
Consigue una silla y extiende una toalla sobre ella. Acomódate boca arriba, relájate, y deja que los rayos del sol hagan su trabajo durante 15 minutos exactamente.
Tras los 15 minutos, colócate boca abajo y permanece en esa posición otros 15 minutos para broncear la espalda.
Pasada la primera media hora, es el momento de aplicar el filtro solar. Puedes usar un producto con un factor de proteccion solar (FPS) de 25 para una exposición controlada.
Aplica el protector generosamente a lo largo de todo el cuerpo, y expon cada lado de tu cuerpo al sol por 25 minutos cada uno.
Este proceso debe repetirse de la misma forma al día siguiente. Al final del segundo día el bronceado será perfecto.
Seguir estos pasos es la forma ideal de conseguir un buen bronceado sin sufrir quemaduras de sol.
Ahora ya sabes, ¡luce tu piel y también cuídala!
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