¿Qué tanto aprovechas cada día de vida que tienes? Lo disfrutas al máximo, agradeces lo que recibes, aprendes algo de cada lección o prefieres vivir en la queja, la culpa o el miedo. Debemos comprender que este transitar terrenal es el camino de vuelta a casa, el hogar donde moraremos por la eternidad y que sin duda es el destino de cada uno.
Pensemos en las personas que viven lejos de casa, en otras ciudades o países. ¿Cómo viven la planeación de su regreso cada vez que lo pueden hacer? Sentimientos como la esperanza, la motivación y alegría rigen los días que forman parte de la cuenta regresiva; la dinámica en la rutina también cambia, pues cada día te vas preparando para tu gran regreso, ya sea empacando, comprando regalos o poniéndote a dieta. Todo con miras a que la versión tuya que vuelvan a ver, sea mejor que la anterior, y lo más importante: viviendo con entusiasmo sabiendo que tu momento de volver a casa está cada vez más cerca.
Ahora cambiemos el escenario, ¿qué pasaría si viviéramos cada día con esa misma emoción y esmero? Comprendiendo que cada día vivido nos lleva un paso más cerca a nuestro verdadero hogar. No sé cuál sea tu creencia, pero en mi sentir y pensar confío plenamente que lo que nos espera es mucho mejor que todo lo que hemos conocido aquí, que nuestra primera casa fue la eternidad y tuvimos un pase terrenal con vigencia para explorar este mundo, hacer amigos, enamorarnos, viajar, equivocarnos, aprender y también sufrir.
Que tu transitar por este camino sea una oda a la vida terrenal que se te está permitiendo vivir: asómbrate, vive con pasión, ríe constantemente, aventúrate, ama más, perdona más fácilmente, habla con las personas, alégrate, abraza desde el alma, ayuda a los demás y siempre recuerda que de vuelta a casa, nos volveremos a encontrar.
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