El domingo pasado en la Ciudad de México -y en varias partes del país-, decenas de organizaciones y líderes de la sociedad convocaron a una gran marcha contra Donald Trump.
Y es que para nadie es secreto que el nuevo mandatario de EE.UU. no quiere a los mexicanos y lo demostró desde su campaña presidencial.
Desde su primer aparición en los medios dijo que la mayoría de los mexicanos que van a EE.UU. son narcotraficantes, son violadores y delincuentes… y claro que eso no es verdad.
Además, sus acciones ya como presidente -como la de iniciar la construcción de un muro fronterizo con México o la de deportar a los inmigrantes indocumentados que hayan cometido algún tipo de delito- disgustó a muchos en ambos lados de la frontera.
Éstas fueron algunas de las razones que motivaron a los manifestantes a marchar contra Trump… pero ¿vale la pena hacer marchas?… ¿de qué pueden servir?
¿Acaso no sería mejor protestar contra la corrupción en México, la desigualdad y la situación de seguridad que prevalece prácticamente en todo el territorio nacional?
¿No serviría mejor que cada quien desde su lugar se pusiera a trabajar por mejorar el ambiente en sus familias y sus trabajos y después salir a manifestarse, no contra Trump, sino contra los malos políticos mexicanos?
Necesitamos estar unidos para poder lograr un cambio, porque si hacemos una marcha contra algo sin tener un mejor plan de acción, sencillamente no llegaremos a ningún punto… ¿O tú qué opinas?
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