Un bronceado perfecto es lo que muchas personas buscan cuando van a la playa, pero hay que tener bastante cuidado con esto.
Existen muchos mitos acerca de esta práctica… ¡Por eso aquí te aclaramos tres de los más comunes!
“Si usas protector tardas más en broncearte”
La falta de un fotoprotector o la utilización de uno con una protección muy baja, lo único que hará es que nuestra piel se dañe.
Y claro, luego del rojo en nuestra piel no vendrá el moreno, sino pelarse como una serpiente, un bronceado poco uniforme, el envejecimiento prematuro de la piel y esas quemaduras que a la larga nos traerán graves consecuencias.
Lo mejor es utilizar un fotoprotector indicado para nuestra piel, y así el bronceado será más duradero y mucho más saludable.
“No necesito protector solar porque soy moreno y no me quemo”
Es importante saber que no todos los daños producidos por el sol tienen que ver con las quemaduras; existen otras consecuencias más graves como el cáncer de piel, que es lento y silencioso.
A este y otros problemas de salud todos estamos expuestos, independientemente de la pigmentación que nuestra piel tenga.
Las camas bronceadoras no son saludables
Existen estudios que señalan que las camas bronceadoras sí producen cáncer de piel… ¡pero en su mayoría se debe a su mal uso!
Algo no muy recomendable es el uso de este instrumento como forma de vida; es decir, que lo utilicemos todo el año y por tiempos prolongados.
¿Qué otro consejo nos puedes dar sobre el bronceado? ¡Cuéntanos en los comentarios!
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