Cuando era pequeña, en la tierna edad de 12 años, la maestra de primaria en turno, mandó llamar a mi madre para pedirle encarecidamente que dejara de usar corpiño y me comprara un par de brasieres para adolescentes, porque mis crecientes senos distraían a mis compañeros y los ponían inquietos.
Esto fue el principio de una larga lista de inseguridades que me acompañarían por muchos años derivado de mis senos grandes.
Al entrar a la adultez, entendí que así era mi cuerpo, la naturaleza me había bendecido/maldecido con senos grandes. Entonces entendí que debía amarme tal como era, o de lo contrario, ahorrar una cuantiosa suma de dinero para resolverlo con el bisturí. Aquí te dejo esta lista con 5 ventajas de tener senos grandes.
1. Afina la figura. Gracias al efecto visual que crea el tener mucho busto, hace que la cintura se vea más estrecha y logra darte el efecto de reloj de arena que muchas deseamos.
2. Las rebajas. Normalmente las tallas de sostén se agotan más rápido y por lo general tallas mucho más grandes permanecen semanas y semanas en el almacén. Como es menor la cantidad de mujeres con senos grandes, esos brasieres terminan con asombrosos descuentos. Quienes tenemos senos grandes, ahorramos.
3. Confianza. Cuando por fin llegas a la etapa de la aceptación, entenderás que es un bello atributo. Mucha ropa se te ve maravillosa y recibes bastante atención. Sí sabes usarlo a tu favor, tendrás toneladas de autoconfianza.
4. Comodidad. Puedes usar un brasier sin la necesidad de requerir al “push up“. puesto que todo es natural, y con ello, puedes vestir ropa más cómoda. Además, en caso de que tengas una noche romántica, no habrá decepción alguna.
5. Atractivo. Algo que no podemos negar es que los senos grandes captan la atención de las personas. Sí, aunque no queramos que sólo se nos tome en cuenta por nuestro físico, los senos grandes atrapan la atención. Es por ello que muchas buscamos demostrar de lo que intelectualmente somos capaces, para que los atributos físicos no sean lo único que nos hace resaltar del resto.
Sea como sea, al final aprendí que tenía que vivir con mis senos y que era mejor sacar ventaja de lo que la naturaleza me dio, a sentir un sin fin de complejos.
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