Mia, una perrita surfista blantui-negra, llegó a un refugio en Queensland, Australia. Tenía un collar, lo que significaba que tenía una familia, buscándola en algún lado; pese a los esfuerzos, nunca hallaron a sus dueños y debió permanecer a la espera de ser adoptada.
Juan Medina, un venezolano, que lleva 8 años viviendo en aquel país, llegó al refugio en donde se encontraba la perrita perdida, para adoptar a un peludo. Él, sufista y fotógrafo, necesitaba un perro que siguiera su ritmo, activo y juguetón.
Cuando se cruzó con Mia, sintió algo especial por ella, pero se veía tímida y poco enérgica, así que decidió que regresaría en otro momento; desde ese momento no dejó de pensar en ella y sabía que debía volver porque estaban hecho el uno para el otro, y la adoptó rápidamente.
Juan disfrutaba mucho de pasear en la playa con su amiga de cuatro patas, ella se quedaba en la orilla para observar cómo su nuevo compañero, montaba las olas. Un día Juan la llamó y ella subió a la tabla de surf, le puso un chaleco salvavidas y poco a poco la fue acercando al mar.
Al principio, la perrita tenía miedo y le costaba trabajo quedarse quieta en la tabla, pero con el tiempo logró dominar este deporte como toda una experta.
Cuenta su dueño, que ahora es su actividad favorita, cada vez que él dice: “Vamos a la playa”, ella corre emocionada al auto, pues será día de surf.
La intrépida perrita, se han convertido en toda una celebridad de las redes sociales, pues en su cuenta de Instagram -en la que postean fotos de ella haciendo surf– ya cuenta con miles de seguidores.
Y tú… ¿Ya la conocías?
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