Hace muchísimo tiempo, incluso mucho antes de que la historia fuera escrita, el perro y el hombre ya habían formado una amistad que iba a continuar a lo largo del tiempo.
Según los arqueólogos, esta amistad existía ya, hace 50 mil años, como lo demuestran las pinturas rupestres que representan a cazadores prehistóricos con perros a su lado.
En estos primeros tiempos, los perros igual que lobos y chacales cazaban alimento para sí mismos aparte de aprovechar los restos que dejaban otras carnívoros de mayor tamaño.
Los perros seguían al hombre prehistórico, alimentándose de los restos de comida y los huesos que el ser humano dejaba a su paso.
Empieza la amistad del perro y el hombre
Los perros salvajes probablemente merodeaban alrededor de los campamentos de los cazadores por la noche y empezaban a ladrar si otras bestias peligrosas se acercaban.
Estos ladridos eran como una advertencia para los cazadores, que pronto comenzaron a alimentar a estos animales para mantenerlos cerca, como vigilantes.
Los perros poco a poco pasaron a depender completamente del hombre para su alimentación. A partir de esto vino probablemente la asociación hombre-perro en la caza.
Debido a que los canes poseen un sentido auditivo y del olfato más agudo que el del hombre, se convirtieron en compañeros muy útiles para éste en la localización de pequeños animales que podrían ser capturados como alimento.
Al pasar los años, el hombre pasó a depender de su perro para una gran variedad de propósitos. No sólo era el su compañero, sino también su guardia, su pastor, su guía, su cazador y desde luego su amigo.
Actualmente, muchas personas invierten mucho dinero en la manutención de estos animalitos. La genética de los perros todavía conserva sus instintos naturales de supervivencia.
Por ejemplo una persona que ha convivido con perros habrá notado que estos dan varias vueltas antes de acostarse, incluso en una alfombra dentro de la casa.
Ello se debe a que ésa es la manera que los perros en la naturaleza utilizan para aplanar la hierba y hacerse de un lecho cómodo.
Y tú… ¿también tienes a un perro como compañero?
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