A veces escuchamos decir a personas: “No me gusta mi empleo, no me hace feliz… ¿qué hago?”
Un empleo feliz podríamos reducirlo a 2 objetivos:
- El ganar dinero
- La vocación
Imagina alguien que conduce un taxi durante 12 horas. De que ganará dinero, lo ganará. La cuestión ahora es, si realmente le agrada su empleo y lo haga feliz.
O imagina que un maestro tiene una verdadera vocación por la docencia, pero no tiene un buen salario, sin embargo, ese trabajo -seguro- lo hace muy feliz.
¿Cuál es el trabajo ideal? por su puesto, el que satisfaga ambas cosas, el sueldo y tu pasión o vocación.
Lo ideal es que el empleo nos permita desarrollarnos, nos dé sustento económico para nosotros y nuestra familia, y que a la vez satisfaga nuestra vocación.
Muchos confunden profesión con vocación, y sucede que no son la misma cosa. Mira estos ejemplos…
Un médico que está investigando, en segundo un médico que atiende a un paciente y en tercero un médico que está dirigiendo un hospital.
El trabajo en los 3 casos es el mismo, los 3 son médicos… eso quedó claro ¿verdad?. Sin embargo, la vocación es diferente.
Pues, el primero que está investigando tiene una vocación de curiosidad, ansias de saber y de creatividad.
El que está atendiendo, tiene vocación de servicio, y el tercero que dirige el hospital tiene vocación de liderazgo o poder.
El empleo es lo que te da dinero y el trabajo es lo que te da felicidad.
Tal vez tienes un empleo en el que no te sientes feliz, pero utilízalo como puente para poder llegar al ideal de hacer lo que tú deseas.
¡No es fácil! pero poco a poco, puedes ir construyendo; sabiendo que en donde estás hoy no es el punto de llegada, sino el comienzo.
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